Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Macabeos 14, 29-42

29 «En los muchos combates que se dieron en nuestra región, Simón
hijo de Matatías, sacerdote descendiente de los hijos de Yehoyarib, y sus
hermanos se expusieron al peligro, hicieron frente a los enemigos de
su
nación para mantener en pie su Lugar Santo y la Ley y alcanzaron inmensa
gloria para su nación.

30 Jonatán realizó la unidad de la nación y llegó a ser sumo sacerdote
suyo hasta que fue a reunirse con su pueblo.


31 Quisieron los enemigos de los judíos invadir el país para
devastarlo y llevar su mano contra el Lugar Santo.

32 Pero entonces se levantó Simón para combatir por su nación y
gastó mucha hacienda propia en armar las tropas de su nación y pagarles la
soldada.

33 Fortificó las ciudades de Judea y Bet Sur, ciudad fronteriza de
Judea, donde se encontraban antes las armas de los enemigos, y puso en ella
una guarnición de guerreros judíos.

34 Fortificó Joppe, situada junto al mar, y Gázara, en los límites de
Azoto, donde habitaban anteriormente los enemigos, y estableció en ella
una población judía a la que proveyó de todo lo necesario para su sustento.

35 Viendo el pueblo la fidelidad de Simón y la gloria que procuraba
alcanzar para su nación, le nombró su hegumeno y sumo sacerdote por
todos los servicios que había prestado, por la justicia y fidelidad que había
guardado a su nación y por sus esfuerzos de toda clase por exaltar
a su
pueblo.

36 En sus días se consiguió felizmente por su medio exterminar a los
gentiles de su país y a los que se encontraban en la Ciudad de David, en
Jerusalén, donde se habían hecho una Ciudadela desde la que hacían salidas
y mancillaban los alrededores del Lugar Santo causando graves ultrajes a su
santidad.

37 Estableció en ella guerreros judíos, la fortificó para defensa de la
región y de la ciudad y dio mayor altura a las murallas de Jerusalén.

38 En consecuencia, el rey Demetrio le concedió el sumo sacerdocio,
39 le contó en el número de sus amigos y le colmó de honores,

40 pues había sabido que los romanos llamaban a los judíos amigos,
aliados y hermanos, que habían recibido con honor a los embajadores de
Simón

41 y que a los judíos y a los sacerdotes les había parecido bien que
fuese Simón su hegumeno y sumo sacerdote para siempre hasta que
apareciera un profeta digno de fe,

42 y también que fuese su estratega, que estuviese a su cuidado
designar los encargados de las obras del Lugar Santo, de la administración
del país, de los armamentos y de las plazas fuertes